Frida Isabel Hernández Peña*
¿Cuál podría ser la relación de la mujer y el cambio climático? ¿Por qué nos debería de importar? ¿Cómo se relacionan el feminismo y los movimientos que buscan la justicia ambiental? Lo primero que debemos hacer para iniciarnos en el ecofeminismo es perder el miedo a que se nos relacione con los movimientos feministas y ecologistas. Estos dos movimientos que como descubriremos en este artículo están relacionados en más de una forma y son objeto de tabúes impuestos y reforzados por el mismo sistema que oprime a humanos, naturaleza y animales.
Pero ¿Qué tiene que ver la naturaleza con el feminismo? El mundo enfrenta un crisis climática innegable. Cada año aumenta el número de inundaciones, sequías, veranos en épocas de invierno y las mujeres somos mas propensas a sufrir los estragos del cambo climático y la crisis ambiental actual. Hoy en día, se habla del antropoceno, una nueva era geológica provocada por la acción del humano en la Tierra. El cambio climático entonces, afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a las comunidades más pobres, especialmente en países como México, por varias razones. En primer lugar, las mujeres solemos ser las encargadas de proveer agua y alimentos para las familias y comunidades, lo cual significa que somos más vulnerables a las sequías, inundaciones y otros eventos climáticos extremos que afectan la disponibilidad de agua y alimentos. Además, las mujeres también somos quienes nos encargamos principalmente del cuidado de la familia, esto significa que somos las más afectadas por los impactos del cambio climático en la salud y en la seguridad.
Por otro lado, las mujeres tenemos menos acceso a los recursos y a la toma de decisiones en los ámbitos políticos y económicos, lo que significa menos capacidad de adaptación y menos capacidad de influir en las políticas y programas de mitigación y adaptación. Por las razones anteriores, el ecofeminismo es una herramienta esencial para abordar el cambio climático desde una perspectiva de justicia social y ambiental. El ecofeminismo es una corriente de pensamiento que surge en la década de 1970 y que tiene como objetivo establecer una conexión entre la opresión de la mujer y la degradación del medio ambiente. El ecofeminismo se basa en la idea de que el patriarcado y el capitalismo son las principales causas de la crisis ambiental, y que es necesario un cambio profundo en la forma en la cual concebimos la relación entre los seres humanos y la naturaleza para poder superar esta crisis.
Uno de principales fundamentos del ecofeminismo es la crítica al dualismo occidental entre humano- naturaleza y hombre-mujer. Según el ecofeminismo, esta dicotomía ha sido la causa de la explotación de la naturaleza y de la mujer, ya que se han considerado como objetos a ser explotados por el hombre. Históricamente una compleja estructura de organismos ha dictado las condiciones de vida en los países sobreexplotados como México. Estas estructuras han fallado en establecer sistemas de política y gobierno que sean incluyentes de todos los grupos y sectores. A través de la mercantilización de la vida y la naturaleza se ha agrandado la brecha entre los marginalizados y aquellos que se benefician de la exclusión.
Es el mismo sistema de control hacia las mujeres el que ignora la actual crisis ambiental y falla en reconocer que esta crisis también es crisis de las mujeres; que no es suficiente con pintar paredes de rosa y usar broches el 8 de marzo para ser feminista. Por ejemplo, es el mismo sistema patriarcal, obsoleto, absurdo y opresor el que nos niega el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y el que vorazmente acaba con la naturaleza en nombre del desarrollo. Nosotras mismas somos parte de la naturaleza, vivimos en ella y no podemos ignorar que estamos conectados como parte de un todo que ya no resiste más.
Las mujeres hemos jugando un papel fundamental en el desarrollo del país en todos los aspectos, desde el primer congreso feminista en México, hasta las nuevas corrientes de pensamiento que buscan incluir nuevos saberes en la búsqueda de derechos. Es por tanto que replantearnos cómo concebimos nuestras propias luchas puede ayudar a tener un panorama más amplio sobre nuestra posición en el mundo. Desde las luchas por la autonomía sobre nuestros cuerpos hasta la búsqueda de una justicia ambiental que pueda incluir las voces de quienes han sido histórica y persistentemente excluidas del discurso público. Vale la pena repensar lo siguiente: ¿Es cualquier tipo de opresión, opresión hacia la mujer ?
*Licenciada en Derecho; Maestra en Ciencias en Derecho Energético y Política Energética. y cuenta con un Doctorando en Derecho Ambiental.











