“El sexismo en el lenguaje es quizá la forma masiva de injusticia
social más penetrante, más profundamente arraigada desde el punto
de vista psicológico, más difícil de percibir y más resistente al cambio.”
Hortensia Moreno Esparza.
Argelia Bortoni González*
En 2024 México podría tener una presidenta, expectativa históricamente impensable hasta ahora, que de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022 del INEGI, el 67 por ciento de la población avala que una mujer pueda ocupar ese cargo.
Llama la atención que en esa misma encuesta se registre un incremento en la discriminación contra las mujeres de 4.4 puntos porcentuales en los últimos cinco años, flagelo perceptible en el espacio público en que, por ejemplo, se mantiene abierto un virulento debate en torno al lenguaje inclusivo, no discriminatorio, de vocabulario neutro; propuesta que busca alternativas para evitar las valoraciones negativas, hacer visible la violencia de género y que cada una de las personas sea nombrada en igualdad de condiciones, independientemente de su sexo (Moreno, 2021).
Como toda iniciativa transformadora, esta propuesta enfrenta el rechazo y los insultos del ala conservadora integrada por lingüistas, escritores, académicos y hasta por quienes sólo difunden memes. Con pronunciamientos nada amables buscan dar por concluido el asunto y, de paso, calificar de ignorantes a quienes se atreven a proponer, por ejemplo, que se evite el masculino genérico o se utilice el morfema e para incluir a las personas no binarias.
Sorprende ver a propios y extraños, con títulos académicos o sin ellos, dando por hecho que la Real Academia de la Lengua es la autoridad encargada de decirnos qué es correcto y qué no cuando hablamos o escribimos, como si el lenguaje fuera propiedad de una institución y no la expresión del pensamiento humano, el fuego ardiente que la sociedad ha modificado a través del tiempo y el espacio para comunicarse mejor.
Lamentable escuchar la carcajada de Mario Vargas Llosa en entrevista con el periodista Jorge Ramos al descalificar al lenguaje inclusivo —Desnaturalizar el lenguaje en nombre de un feminismo mal entendido es una estupidez que de ninguna manera voy a aprobar, ¿sabes?— sentencia el escritor y miembro de la Real Academia Española, afirmando además que en el español “tenemos clarísimamente un masculino inclusivo”. Hay muchos casos en los que no, como cuando hablamos de ciudadanía, dice la doctora Hortensia Moreno Esparza, especialista en el tema (Moreno, 2021). Recordemos, por ejemplo, que en la historia del México colonial y del independiente, la mujer estuvo privada de derechos. Desde la primera Constitución, promulgada luego de la Independencia, en 1824, hasta la de 1917, producto de la Revolución, las mujeres no estuvieron incluidas. La carta magna fue redactada por hombres y para los hombres, para los varones mexicanos, los únicos que ejercían las prerrogativas de la ciudadanía: votar, ser votado, asociarse para asuntos políticos y de negocios y tomar las armas.
Antes de promulgarse la Constitución de 1917, Hermila Galindo, defensora de las tesis del Carrancismo, envió al Constituyente un escrito solicitando incluyeran los derechos políticos para las mujeres dado que:
Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social, razonable es que no carezca de derechos. Las leyes se aplican por igual a hombres y mujeres: la mujer paga contribuciones; la mujer, especialmente la independiente, ayuda a los gastos de la comunidad, obedece las disposiciones gubernativas y, por si acaso delinque, sufre las mismas penas que el hombre culpado. Así pues, para las obligaciones, la ley la considera igual que al hombre, solamente al tratarse de prerrogativas la desconoce y no le concede ninguna de las que goza el varón. (Ávila Cruz, Vázquez Padilla, Gaona Cante, 2017).
La exigencia de Herminia Galindo, lo sabemos, fue rechazada.
Lamentable también leer las declaraciones sobre el tema del escritor Arturo Pérez Reverte, otro de los miembros de la Real Academia Española, quien describe a ésta como una institución autoritaria cobijada por el principio de “aquí mando yo” y “aquí se hace como yo digo”. “Porque lo digo yo”, y tacha de “imbécil analfabeto —o analfabeta—“ (aquí sí se da permiso para feminizar, para desdoblar), a quien ose opinar en otro sentido (Moreno, 2010).
Alienta, sin embargo, que Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, luego de sus reiteradas declaraciones, contrarias al uso del lenguaje inclusivo, considere una modificación a su postura que abona al debate al reconocer: “No somos dueños de la lengua, que cada cual la use como quiera”, y admitir que el lenguaje inclusivo “es respetable siempre y cuando sirva para hacer visible que la mujer está en situación de discriminación o falta de igualdad”. (Serrano, 2022).
Notable la postura de lingüistas españoles como Victoria Marrero Aguilar, Lola Pons Rodríguez y Mamen Horno Chéliz, quienes coinciden en que es comprensible que la Real Academia Española, siendo el baluarte de la norma, se resista a los cambios, pero que tendrá que aceptarlos en algún momento, cuando su uso se haya extendido, como siempre ha sido. Marrero advierte que el lenguaje inclusivo forma parte de todos los congresos filológicos desde hace mucho tiempo. “Es un tema sobre el que siempre hay una ponencia, alguna charla, y lo que siempre se dice es que la lengua no se puede usar como un arma, sino como un instrumento que se adapta a las necesidades de los hablantes” (Corroto, 2020).
La escritora y filóloga española Irene Vallejo, que defiende la economía del lenguaje, nos comparte que ella, en lugar de hacer desdoblamientos, prefiere buscar sinónimos. “En vez de lectores y lectoras podemos decir exploradores de los libros y amazonas de las palabras, metáforas que permiten hacer el juego con el fenómeno incluido”. Y nos recuerda que “Con el nacimiento de la escritura, el libro —fuese sobre rollos de papiro, piel u otro material— quedó en manos de élites del conocimiento y del poder ostentado principalmente por varones. Mientras tanto, las mujeres quedaron relegadas al territorio de la tradición oral y expulsadas del festín de la lectura. Me parece importantísimo perseguir las huellas de esos silencios, de esas expulsadas, y no solo mujeres: también hombres que fueron excluidos por su procedencia social, por ser esclavos o por su raza.” (Borges, 2022).
En México, algunos escritores participan respetuosamente en el debate. Cito a dos que, desde mi punto de vista, abonan significativamente en esta idea de que también en la lengua el pueblo es el soberano.
Para Benito Taibo “El lenguaje inclusivo es muy bueno, excepto para la Literatura. Escribir en lenguaje inclusivo es una de las cosas más difíciles del mundo, pero en la vida cotidiana tenemos que empezar a acostumbrarnos al lenguaje inclusivo. Todes nos tenemos que empezar a acostumbrar. La lengua no es monolítica sino mutable, cambiable, transformable. Todos los días se está transformando, así que a lo mejor estamos en el momento en que puede empezar este cambio radical del mundo” (Taibo, 2022).
Para Juan Villoro “…el lenguaje es un organismo vivo, que es determinado por la gente y se decide en las calles. Pertenece a las costumbres más que a la Academia, y de hecho la Academia va siempre a remolque de lo que pasa entre los usuarios (…) La del lenguaje inclusivo parece una discusión muy necesaria porque todo idioma está impregnado de costumbres, prejuicios y tradiciones que se volvieron obsoletas (…) Los idiomas son instrumentos imperfectos, la paradoja es que con esta herramienta imperfecta, no muy impecable, se logran fabricar joyas magníficas como los cuentos de Borges o los sonetos de Quevedo y eso es una maravilla. Pero vale la pena, de tanto en tanto, reflexionar sobre las palabras que usamos y por qué las usamos (…) La lengua ha sido construida con un predominio de la masculinidad y es necesario des-masculinizarla, está por verse cómo se hace y eso es lo que hay que debatir” (Villoro, 2019).
Desde el ámbito legal, el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia en México hasta 2022, Arturo Zaldívar Larrea, sostiene: “(…) nosotros tenemos intencionalidades muy superiores a la pureza de la lengua, que es visibilizar la situación de las mujeres, visibilizar la situación de las personas que deciden tener una identidad de género distinta de las personas binarias.” En una clara postura de apoyo a la propuesta de lenguaje inclusivo, destaca que el lenguaje también genera violencia y discriminación, por lo que la discusión no debe centrarse en aceptar o no las reglas de la Real Academia, sino en cómo transformar al lenguaje en una herramienta que nos permita igualar, protestar, reaccionar ante el odio y la discriminación (El País, 2022).
Para el Ministro, el derecho debe ser el motor del cambio en las formas y maneras de ser porque “cuando al conservador, al anti-derecho, lo acorralas para que ya no sea posible por la reacción social que genera, sostener ciertas cosas. Me parece que vamos por buen camino” (Zaldívar, 2022).
“El lenguaje inclusivo no hay quien lo pare (…) está en las calles”, afirma Carmen Calvo, primera vicepresidenta de España, quien recomienda consultar una guía de lenguaje inclusivo del Consejo de Europa que propone utilizar los neutros. La ONU difunde sus orientaciones para el empleo del lenguaje inclusivo en cuanto a género; el gobierno de México y diversas instituciones como la UNAM, el ITESM, la Suprema Corte de Justicia, el IMSS, el INE, el INAI, el gobierno de la Ciudad de México y un largo etcétera han publicado ya sus propias guías para orientar a quienes decidamos, al menos, empezar a ver cómo promover la igualdad y eliminar estereotipos, sesgos sexistas y diversas formas de discriminación con el uso lenguaje inclusivo.
El lenguaje crea realidad y la realidad se transforma con el lenguaje. Nací en 1957, dos años después de que las mujeres, tras largos años de lucha, acudieran por primera vez a las urnas a emitir su voto, hecho histórico con el que se rompió el duro cerco que la sociedad impuso históricamente a las mujeres para participar activamente en la vida pública, más allá del ámbito familiar y privado al que estaban sujetas.
Aunque la discriminación contra la mujer no ha disminuido, la lucha feminista ha conseguido importantes cambios en el mundo. Ahora tenemos acceso a la educación, al voto, a los derechos universales que antes eran derechos de los hombres y los ciudadanos. La batalla por un lenguaje inclusivo la decidirá seguramente el pueblo soberano, porque la Real Academia no define palabras, sino describe el uso que la gente da a las palabras.
Aunque la Academia Mexicana de la Lengua aún use el “masculino genérico” para designar a la cabeza de un gobierno o a una jefa de Estado:
En 2024 México podría tener una Presidenta. Esto es una realidad.
*Ingeniera metalurgista y tiene estudios de maestría en Historiografía. Identificada con la izquierda progresista. Es, orgullosamente, una de las fundadoras de la 4T.
Referencias:
INEGI (2022). Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis). Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/enadis/2022/
Moreno Esparza, Hortensia (2021). El mundo de los derechos humanos, 2021. Programa radiofónico disponible en https://radio.uaq.mx/index.php/programación-radio
Serrano, María (2022). Muñoz Machado desdice a la RAE y se abre al lenguaje inclusivo. España. Artículo disponible en https://www.eldebate.com/cultura/20221123/munoz-machado-desdice-rae-sobre-lenguaje-inclusivo-no-somos-duenos-lengua-cada-cual-use-como-considere_74901.html
Corroto, Paula (2020). “A vueltas de la Lengua. Tres lingüistas debaten sobre el lenguaje inclusivo.” El Confidencial, España. Artículo disponible en https://www.elconfidencial.com/cultura/2020-01-28/rae-lenguaje-inclusivo-carmen-calvo_2429760/
Borges, Gustavo (2022). La escritora Irene Vallejo sugiere a los políticos que lean a los clásicos,swissinfo.ch. Artículo disponible en https://www.swissinfo.ch/spa/literatura-irene-vallejo_la-escritora-irene-vallejo-sugiere-a-los-pol%C3%ADticos-que-lean-a-los-cl%C3%A1sicos/47482260
Ávila Cruz, Héctor, Vázquez Padilla, Laura Leticia, Gaona Cante, Martha (2021). La evolución de los derechos de la mujer en la constitución. Ensayo disponible en https://www.uaeh.edu.mx/xiii_congreso_empoderamiento_fem/documentos/pdf/C032.pdf
Moreno Esparza, Hortensia (2010). Lenguaje sexista/lenguaje no sexista. Artículo disponible en https://www.academia.edu/37276294/Lenguaje_sexista_lenguaje_no_sexista
Sijufor (2022). La Historia de los derechos de la mujer en México. Disponible en https://www.sijufor.org/informacioacuten-relevante-en-materia-juriacutedica/la-historia-de-los-derechos-de-la-mujer-en-mexico
El País, Voz en Red (2022). Arturo Zaldívar defendió el uso del lenguaje inclusivo. Disponible en https://www.vozenred.com/2015/notas.php?i=316465
Martinez, Roberto. El lenguaje inclusivo. Entrevista disponible en https://fb.watch/lNhM_bC4Z_/?mibextid=irwG9G
Taibo, Benito (2022). POSTAmx. Entrevista disponible en https://youtu.be/QRHBaug3x4
Villoro, Juan (2019). “Si cambiamos la mentalidad cambiará la lengua”. Babilonia Literaria. Entrevista disponible en https://babilonialiteraria.com.ar/juan-villoro-e2-80-9csi-cambiamos-la-mentalidad-cambiar-c3-a1-la-lengua-e2-80-9d/











