Alejandrina Margarita Franco Tenorio*

Desde hace ya algún tiempo se están viviendo tiempos de mayor participación y transformación en la política que las voces nacionales llaman tiempo de mujeres. Su presencia es visible en las calles y en todos los ámbitos, su movilidad y su largo caminar se acentuó desde las marchas masivas en contra del desafuero en el 2005 al licenciado Andrés Manuel López Obrador quien era en ese entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal y es ahora Presidente de México, luego del fraude electoral del 2006 y 2012.
La preocupación por las desigualdades de género se han expresado en conferencias, declaraciones, reuniones nacionales e internacionales y congresos, estados, municipios, barrios y colonias; convencidas de que esta situación debe cambiar para beneficio no de una sino de todas, hasta la fecha siempre activas, siempre en la búsqueda de toma de decisiones, base de la democracia participativa, la participación en la política en igualdad de trato y circunstancias como un derecho humano, sujeto moral, político y jurídico y en consecuencia beneficiarias de fundamentos éticos universales como persona; el derecho humano a la igualdad sustantiva, demanda prioritaria y justa de todas las mujeres, una vida libre de violencia, acceso a la justicia que durante años ha sido evadida por el actuar político en turno, paridad a 50% y 50% para que tanto mujeres como hombres participen en igualdad de condiciones en todas las actividades de la sociedad, derecho establecido en el artículo 41 constitucional. Su activismo y empoderamiento es inminente, nuestros objetivos son claros y precisos; equidad e igualdad de derechos y oportunidades, la eliminación de la violencia, acoso y discriminación contra las mujeres; condiciones sociales, laborales, políticas y culturales.
Es cierto que se ha avanzado, pero falta mucho por hacer: más legislación en favor del género femenino, leyes nuevas y justas para el trabajo no remunerado que realizamos las mujeres mexicanas en los hogares, gozar plenamente del poder económico por el trabajo que realizamos. Somos muchas mujeres activistas, sin importar raza, militantes, simpatizantes, indígenas, que promovemos la transversalidad con enfoque de género, el fortalecimiento de una cultura de respeto. Somos el pilar y base en el desarrollo progresivo del país. Por eso y mucho más, ¡Es tiempo de mujeres! somos talentosas, creativas, podemos hacer grandes cosas en el espacio público del mismo modo que se ha hecho en el privado.
Para continuar con la transformación debemos seguir exigiendo nuestros derechos y combatiendo el rezago político y social, los cacicazgos y la corrupción que tanto ha dañado a México y principalmente a las mujeres.
¡Amigas, sigamos haciendo camino, este es nuestro tiempo, este es el tiempo de las mujeres! ¡Sí se puede! ¡Vivan las mujeres!
*Profesora Jubilada. Especialidad Ciencias Naturales. Política hidalguense y Militante fundadora del Movimiento Regeneración Nacional morena.











