La importancia de una Agenda Feminista

La “Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres” (AVGM) y su impacto para disminuir la violencia de género. Propuesta. Parte 1 de 3

Martha Angélica Contreras García*

Hablar de la violencia en cualquier forma de expresión es una consecuencia de múltiples situaciones entre las cuales destacan la pobreza, el hacinamiento, y la falta de acceso a la educación. Sin embargo, también en hogares con un poder adquisitivo y con niveles de educación de licenciaturas y posgrados se visualiza dicha problemática. Desafortunadamente, siempre ha existido esa violencia dentro de las familias, no visibilizada o percibida como tal, derivado del sistema patriarcal, la cultura, los usos y costumbres y falta de difusión del tema en todos los sectores de la población.

 La situación de la violencia en la familia y en específico la violencia de género, es una problemática en todo el mundo, son hechos que traspasan fronteras y generaciones y que día a día se presenta y no hay suficientes medidas para prevenirla y mucho menos erradicarla. El incremento de dicha situación conlleva a replantear las distintas formas de intervención que se dan y los distintos documentos internacionales que protegen los derechos de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y discriminación como es, la Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Convención Belém do Para). Documentos que generan avances y nuevas disposiciones de protección, pero que no se logran empatar con las leyes de cada país, como es el caso de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, ley que está vigente en México y que continúa legislándose. Aunado a la falta de capacitación de los servidores públicos sobre temas de perspectiva de género, derechos humanos, violencia y actualización de las reformas que van teniendo las leyes y en específico las referentes a las mujeres.

 La violencia de género se ha ido incrementado y evidenciando por medio de las distintas redes sociales, estas redes sociales han generado la exigencia al alto a la violencia hacia las mujeres, han favorecido la formación de colectivas de mujeres feministas y empoderadas que exigen al gobierno que frene esta situación, que se esclarezcan los feminicidios y que haya más mecanismos de protección y detección de la violencia de género. Falta exigir políticas y programas encauzados a la prevención. Estas políticas públicas debieran abarcar no solo la violencia de género, también la violencia hacia niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y animales, en específico perros, gatos, burros y todo animal domesticado, ya que el maltrato animal es de los primeros acercamientos a la violencia y al no sentir culpa por la acción hecha, por ejemplo; quemarlos, dejarlos sin comer, golpearlos, mutilarlos, envenenarlos, utilizarlos para sacrificios y rituales y matarlos, se da por hecho que es “normal” actuar así.

 Por otra parte, a pesar de que se cuenta con la alerta de género y hay un respaldo y seguimiento al declararla en estados o municipios con alto índice de violencia de género y en específico con un elevado índice de feminicidios, quizás no ha sido suficiente el garantizarnos nuestra seguridad y las medidas para prevenir y erradicar esa violencia.

 Por lo antes mencionado, es importante considerar la violencia en la familia y en específico la violencia de género como una problemática de emergencia, en la cual es necesario invertir en estrategias de prevención y en específico de prevención de cualquier manifestación de la violencia y que se cuente con profesionales de la salud mental para poder intervenir en la atención de esta arraigada forma de resolver conflictos, de ejercer el poder y control y que lamentablemente permea a toda nuestra sociedad.

 Aunado a que en la expresión de la violencia en la familia se vulneran los derechos humanos tanto de niñas, niños, adolescentes y mujeres y se provoca un daño emocional en las víctimas que, de no ser atendido, puede dejar secuelas para toda la vida. En la violencia de género, la máxima expresión de esa violencia es el feminicidio.

 Se parte del supuesto que, los estados con la alerta de violencia de género, no presentan un alto índice de violencia de género, es decir, si estos estados cuentan con la Alerta de Violencia de Género, presentarán una disminución de la violencia de género. Por lo que, de contar estos estados con un incremento de violencia de género, se propone incrementar los mecanismos de protección, prevención y erradicación de la violencia de género en todo el país y en específico la alerta de violencia de género y lo que conlleva. Lo ideal es la prevención de la violencia en cualquier expresión, es probable reducir la violencia de género y muy probablemente los feminicidios.

 Considerando la definición de violencia, las características de la violencia familiar, la violencia hacia las mujeres, retomando el protocolo de alerta de violencia de género, los estados con dicha alerta y los estadísticos de los últimos cinco años referentes a la violencia de género, se proponen algunas alternativas a seguir una vez declarada la alerta de violencia de género. La importancia de promover políticas públicas enfocadas a la prevención de la violencia y promover el cuidado de la salud mental, coadyuvaran a la disminución de la violencia. Se ha normalizado la violencia en la familia, se ha normalizado la violencia de género, se han implementado las estrategias e intervenciones inmediatas y necesarias para ello.

 Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como:

“todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”

Dichas violencias se caracterizan por:

    • La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual-; constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres.

    • Las estimaciones publicadas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) indican que alrededor de una de cada tres mujeres en las Américas han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.

    • La violencia de pareja es la forma más común de violencia contra la mujer. Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.

    • Los hombres que tienen un nivel de instrucción bajo han sido objeto de malos tratos durante la infancia, han estado expuestos a escenas de violencia doméstica contra sus madres y al uso nocivo de alcohol, han vivido en entornos donde se aceptaba la violencia y había normas diferentes para cada sexo, y creen que tienen derechos sobre las mujeres, son más proclives a cometer actos violentos.

    • Las mujeres que tienen un nivel de instrucción bajo han estado expuestas a actos de violencia de pareja contra sus madres, han sido objeto de malos tratos durante la infancia, han vivido en entornos en los que se aceptaba la violencia, los privilegios masculinos y la condición de subordinación de la mujer corren un mayor riesgo de ser víctimas de la violencia de pareja.

    • Las situaciones de conflicto, posconflicto y desplazamiento pueden agravar la violencia existente, como la infligida contra la mujer por su pareja y la violencia sexual fuera de la pareja, y dar lugar a nuevas formas de violencia contra la mujer.  Cabe mencionar que también la violencia de género, no permite el empoderamiento de las mujeres y por ende, se ve afectada la economía de la sociedad, del país, del mundo, al no darse alternativas para que las mujeres puedan trabajar, al relegarlas al trabajo del hogar, un trabajo no remunerado y en el que por usos y costumbres, cultura y otras circunstancias nos adjudicaron esa labor.

 Algunas de las consecuencias que también genera la violencia de pareja (física, sexual y emocional) y la violencia sexual ocasionan graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a corto y largo plazo a las mujeres. También afecta a sus hijos y tiene un elevado costo social y económico para la mujer, su familia y la sociedad.

 Los datos y cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud), referentes a la violencia contra las mujeres son:

    • La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres.

    • Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS (Organización Mundial de la Salud), indican que alrededor de una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.`

    • La mayor parte de las veces el agresor es la pareja. En todo el mundo, casi un tercio (27%) de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una relación informan haber sufrido algún tipo de violencia física y/o sexual por su pareja.

    • La violencia puede afectar negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y, en algunos entornos, puede aumentar el riesgo de contraer el VIH.

    • La violencia contra la mujer puede prevenirse. El sector sanitario tiene una importante función que desempeñar para proporcionar atención integral de salud a las mujeres que sufren violencia, y como punto de entrada para derivarlas a otros servicios de apoyo que puedan necesitar.

 Las estimaciones más precisas sobre la prevalencia de la violencia de pareja y la violencia sexual son las obtenidas mediante encuestas poblacionales basadas en el testimonio de las supervivientes. Según un análisis de los datos sobre la prevalencia de este problema en 161 países y zonas entre 2000 y 2018, realizado en 2018 por la OMS (Organización Mundial de la Salud), en nombre del Grupo de Trabajo interinstitucional de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, en todo el mundo, casi una de cada tres mujeres (un 30%) ha sufrido violencia física y/o sexual por su pareja o violencia sexual por alguien que no era su pareja o ambas.

 Más de una cuarta parte de las mujeres de entre 15 y 49 años que han tenido una relación de pareja han sido objeto de violencia física y/o sexual de pareja al menos una vez en su vida (desde los 15 años). Las estimaciones sobre la prevalencia de la violencia de pareja sufrida a lo largo de la vida van del 20% en la Región del Pacífico Occidental de la OMS (Organización Mundial de la Salud), 22% en los países de ingresos elevados y la Región de Europa de la OMS (Organización Mundial de la Salud), y 25% en la Región de las Américas de la OMS (Organización Mundial de la Salud), al 33% en la Región de África de la OMS (Organización Mundial de la Salud), 31% en la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y 33% en la Región de Asia Sudoriental de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

 A nivel mundial, hasta el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por su pareja. Además de la violencia de pareja, el 6% de las mujeres de todo el mundo refieren haber sufrido agresiones sexuales por personas distintas de su pareja, aunque los datos al respecto son más limitados. La violencia de pareja y la violencia sexual son perpetradas en su mayoría por hombres contra mujeres. En este sentido, es la importancia de enfatizar en el mecanismo de la “Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres” (AVGM) y que en esta agenda feminista se incrementen las políticas públicas de prevención de toda forma de violencias.

 En la parte 2, revisaremos los municipios que tienen la declaratoria y se hará la comparación con los estadísticos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, con la finalidad de observar si la declaratoria ha contribuido a la disminución de la violencia de género.

* Maestra en Psicología Clínica. Diplomada en Derechos Humanos y Violencia de Género. Tallerista de Mujeres Morena CDMX – INFP. Feminista y Parlamentaria del “Parlamento de Mujeres, 2023” del Congreso de la CDMX, II Legislatura.

Bibliografía

https://www.paho.org/es/temas/violencia-contra-mujer#:~:text=Las%20Naciones%20Unidas%20definen%20la,producen%20en%20la%20vida%20p%C3%BAblica recuperado el 16/04/2024.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/violence-against-women recuperado el 17/04/2024

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